Ciclo de nueve años
Dentro del ciclo de nueve años, aprendemos que nuestros sentimientos son el único medio por el cual encontramos un defensor de la libertad personal. Es un año de finales, culminación y conclusiones que ofrece la oportunidad de liberarnos de las creencias equivocadas que siempre han causado infelicidad, aburrimiento, insatisfacción y estancamiento. El Nueve Años nos revela y nos enseña cómo liberarnos de nuestro pasado rindiendo nuestro control sobre él y sin esta conciencia, somos víctimas para siempre de algo que una vez nos sucedió. El ciclo de nueve años hace sonar una campana que indica que es hora de sanar.
Liberando al Viejo
Nada nuevo sucede o tiene la oportunidad de desarrollarse en el Ciclo de 9 años hasta que ocurren los finales inevitables y cuanto más buscamos comenzar algo nuevo sin primero liberar lo viejo, más resistencia lanza el Universo en nuestro camino. Si no intentamos aceptar nuestras realidades emocionales, descubrimos que nuestra historia se repite en los siguientes nueve años.
Este es un año de reflexión sobre el viaje continuo de nuestra vida y de contemplar profundamente todo lo que nos ha sucedido. Seguro, habrá circunstancias y eventos que no queremos abrazar, y estos son recuerdos que estamos bloqueando de nuestra conciencia. Estos son los mismos incidentes y situaciones que piden ser atendidos y actúan como una pesada carga que nos pesa como un ancla, impidiendo que nuestras intenciones e impulso avancen. Cuanto más genuina sea la intención que apliquemos para permitir que resurjan los recuerdos olvidados, más fácil será adoptar e integrar el proceso de curación de los Nueve Años.
Es el mero peso de encontrar distracciones y evitar las emociones pasadas y presentes lo que causa la depresión, aunque tratemos de engañarnos a nosotros mismos haciéndonos creer que la depresión se puede escapar simplemente desviando estas emociones. Esta pretensión crea un abismo de negación y, finalmente, un desaliento más profundo. Si nos encontramos activados y enfocados en la ira, el arrepentimiento, el miedo o el dolor, en la medida en que no podamos vivir de manera constructiva, existe una posibilidad prometedora de que estemos usando estas emociones como una excusa o distracción para continuar negando otra emoción que es igual. más profundamente enterrado. La negación ya no es un privilegio en esta Tierra. La negación causa la mayoría de los graves problemas que la humanidad ha enfrentado tanto en el pasado como en la actualidad, y esto se aplica tanto a nuestra vida personal como a la vida en general.
Aceptar el miedoTener miedo de reconocer y ser dueños de nuestros sentimientos es una respuesta natural y, como todos los sentimientos, debe seguir su propio proceso evolutivo y poder moverse. Cuando nos aferramos al miedo, estamos negando su propósito y capacidad para apoyarnos y al impedir su movimiento, nos paralizamos por él. El orden natural y la progresión son permitirnos sentir nuestro miedo, aceptar su presencia y permitir que se mueva a través y fuera de nosotros. Este proceso promueve el coraje, la integridad y una creciente capacidad para reconocer aquellas cosas que deben temerse y aquellas que no necesitan ser temidas en absoluto. Honrar nuestros sentimientos como una extensión de nuestros sentidos, intuiciones e instintos es vital para nuestra supervivencia y la capacidad de desarrollar nuestro yo auténtico.
Descubrimos que ser minuciosos y honestos con nosotros mismos en este proceso es más crucial porque el pensamiento positivo abandonado a su suerte puede hacer más daño que bien. Si nuestros pensamientos y sentimientos no están alineados, inevitablemente creamos energía estancada. Nuestros pensamientos y sentimientos son importantes, pero son dos fuerzas diferentes que deben explorarse y experimentarse por separado para que podamos distinguirlos. Cuando nuestros pensamientos masculinos y sentimientos femeninos encuentran simetría y unen fuerzas, nuestro poder personal para sobrevivir, crecer y prosperar aumenta significativamente, y todo nuestro ser es libre de evolucionar.
El Nueve Años parece arrastrarnos hacia atrás en la dirección equivocada, pero este proceso es realmente una guía disfrazada porque es necesario encontrar los asuntos inconclusos que nos impiden avanzar. Es fundamental ser arqueólogo en este proceso y esto nos llevará a un viaje emocional. Estamos desenterrando tesoros escondidos, evaluando emociones pasadas y asimilando nuevas situaciones sensibles en el presente que, en parte, desencadenan todos los viejos sentimientos que necesitan ser liberados.
Las consecuencias del pasadoLas circunstancias que encontramos en el tiempo presente son recreaciones del pasado, en diferentes formas, que representan las consecuencias de acciones, reacciones, inacción, creencias y actitudes. No podemos crear y vivir plenamente en el presente si una parte de nosotros está atrapada y oculta en el pasado. Por lo tanto, queremos retroceder, profundizar un poco más y recuperar las partes perdidas de nosotros mismos que han quedado sin resolver y cimentadas en nuestro subconsciente.
La generosidad, la bondad y la compasión juegan un papel importante en este curso de desarrollo y, a través de una mayor comprensión de nosotros mismos, nos volvemos comprensivos con las realidades de otras personas. Nos damos cuenta de cómo todos estamos agravando ciertos problemas al evitar y negar los sentimientos involucrados y nos damos cuenta de la diferencia entre la compasión y la culpa.
Actualmente, si estamos involucrados a regañadientes en una relación o algo de lo que no estamos seguros, la culpa puede habernos convencido de que es lo correcto y tal vez lo sea. Quizás no lo sea. La única forma de estar seguros es permitiéndonos la autorreflexión y confiando en nuestras intuiciones para guiarnos. Es en los Nueve Años que nos damos cuenta de hasta qué punto la culpa nos impide alcanzar la felicidad y cuánto hemos negado la culpa al convertirla en culpa.
Los recuerdos incómodos siempre surgen para ser reconocidos y cuando se curan, nos permite generar más espacio interior para que aflore la creatividad y la felicidad.
Las creencias inexactas son reemplazadas por nuevas verdades, perspectivas y potenciales y a medida que aceptamos lo que nos ha sucedido, desarrollamos una visión luminosa de lo que queremos iniciar en nuestras vidas y transformamos el antiguo yo en el yo presente, permitiendo nuestra voluntad personal. y desea determinar un futuro completamente nuevo.
No todos los finales están conectados a emociones tumultuosas. Algunas situaciones finalmente se concluyen, trayendo alivio y alivio. No asuma lo peor. Aceptar e integrar nuestro pasado es el paisaje que tuvimos que recorrer para llegar a donde deseábamos estar, y nuestra verdadera comprensión de este viaje manifiesta el Ciclo de Nueve Años en la peregrinación más estimulante y dinámica que jamás habremos viajado.